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Metacrilato vs. policarbonato: una comparativa real
Cuando se trata de elegir materiales transparentes para cubiertas, lucernarios, mamparas y cerramientos, la decisión entre metacrilato o policarbonato no puede tomarse a la ligera.
Ambos plásticos técnicos ofrecen prestaciones destacables, pero sus comportamientos difieren en puntos críticos como resistencia, durabilidad, transmisión lumínica y respuesta térmica. Comprender esas diferencias es esencial para tomar una decisión racional y duradera.
Metacrilato vs policarbonato
El metacrilato (PMMA) y el policarbonato (PC) son polímeros termoplásticos transparentes, pero su composición química y estructura molecular determinan comportamientos muy distintos.
Esa diferencia explica por qué el policarbonato domina en entornos industriales o de alto impacto, mientras que el metacrilato mantiene su posición en aplicaciones donde la estética y la transparencia son prioritarias.
Propiedades ópticas y transparencia
El metacrilato ofrece una transparencia óptica de hasta 93 %, incluso superior a la del vidrio. Su índice de refracción es más bajo, lo que le da una claridad visual excepcional y un brillo característico.
El policarbonato tiene una transmisión luminosa de entre 86 % y 88 %, suficiente para la mayoría de usos arquitectónicos, aunque en instalaciones donde la estética o la nitidez son prioritarias (como escaparates o claraboyas decorativas), el metacrilato ofrece un resultado más cristalino.
En ambientes interiores, el metacrilato mantiene su color inalterable durante años, mientras que el policarbonato necesita un recubrimiento UV para evitar el amarillamiento a largo plazo.
Resistencia al impacto, flexibilidad y rigidez
La resistencia al impacto del policarbonato es una de sus mayores virtudes: soporta impactos hasta 250 veces superiores a los del vidrio sin fracturarse. Por eso se utiliza en marquesinas, cubiertas expuestas al granizo, mamparas de seguridad o protecciones antivandálicas.
El metacrilato, aunque más resistente que el vidrio (unas 17 veces más), tiende a ser rígido y quebradizo bajo esfuerzos puntuales. Es ideal cuando se busca estabilidad dimensional, pero no cuando se prevén golpes o flexiones.
En proyectos con curvaturas o tensiones estructurales, el policarbonato permite doblado en frío y se adapta mejor al diseño arquitectónico sin riesgo de rotura.
Resistencia térmica y estabilidad dimensional
El policarbonato soporta temperaturas de trabajo continuo de hasta 120 °C, con picos breves de 135 °C, sin perder propiedades mecánicas.
El metacrilato, más sensible al calor, comienza a deformarse alrededor de los 90 °C. Esto lo hace menos apto para zonas con radiación solar intensa o instalaciones que acumulen calor, como cubiertas de invernaderos cerrados.
En exteriores, el policarbonato resiste mejor los ciclos de expansión y contracción derivados de las variaciones térmicas, reduciendo la aparición de grietas en los puntos de fijación.
Resistencia química y exposición a la intemperie
El policarbonato muestra una resistencia destacable a disolventes, combustibles y productos químicos industriales, lo que explica su uso en entornos técnicos o de seguridad.
El metacrilato ofrece mejor tolerancia frente a la alcalinidad y a ciertos aceites, aunque es más sensible a solventes orgánicos como la acetona o el alcohol isopropílico.
En cuanto a resistencia a los rayos UV, el metacrilato es naturalmente estable: su estructura molecular evita el amarillamiento sin aditivos, por eso se mantiene inalterable durante más de 15 años a la intemperie.
El policarbonato, sin tratamiento, amarillea y pierde transparencia con el tiempo, pero los productos actuales con capa coextruida UV pueden ofrecer más de 10 años de vida útil exterior sin degradación apreciable.
Procesado, mecanizado y mantenimiento
El metacrilato destaca en facilidad de mecanizado: puede cortarse, taladrarse, fresarse o pulirse con acabado óptico, ideal para proyectos donde el detalle visual es esencial.
El policarbonato, aunque menos apto para acabados de alta precisión, permite doblado en frío y montaje rápido en obra sin necesidad de calor.
En cuanto al mantenimiento, ambos materiales pueden limpiarse con jabón neutro y agua, aunque el metacrilato es más susceptible a microarañazos; estos, sin embargo, pueden pulirse con facilidad.
El policarbonato, con superficie más dura y resistente al rayado, exige menos mantenimiento estético, pero su recuperación ante abrasiones es más limitada.

Diferencias de opciones
El mercado ofrece distintas configuraciones de ambos materiales, cada una adaptada a necesidades concretas.
Tipos de policarbonato
Policarbonato compacto: lámina sólida con aspecto similar al vidrio. Ideal para protecciones, viseras o fachadas que requieren resistencia estructural y transparencia.
Policarbonato celular o alveolar: con estructura interna de cámaras, reduce el peso, mejora el aislamiento térmico y la rigidez. Es el favorito en cubiertas, pérgolas y lucernarios.
Tipos de metacrilato
Metacrilato extruido: más económico y con tolerancias ajustadas, se usa en cartelería, vitrinas y aplicaciones donde se requiere mecanizado simple.
Metacrilato colado: de mayor pureza óptica y resistencia química, se emplea en cerramientos exteriores, acuarios o elementos de diseño que exigen máxima transparencia.
Aplicaciones comparadas
Ventajas y desventajas de cada material
Ventajas del metacrilato
Transparencia inigualable, ideal para zonas donde la luz natural es prioritaria.
Excelente resistencia a la intemperie sin necesidad de recubrimiento UV.
Ligereza frente al vidrio (menos de la mitad del peso) con buena rigidez.
Fácil de mecanizar y personalizar, con acabados de alta calidad visual.
Buena resistencia química frente a alcalinos y aceites.
Desventajas del metacrilato
Más frágil ante impactos fuertes.
Sensible a disolventes agresivos.
Se raya con mayor facilidad (aunque puede pulirse).
Menor rango térmico operativo.
Ventajas del policarbonato
Resistencia al impacto sobresaliente: el material de elección en espacios públicos o entornos industriales.
Alta flexibilidad sin fractura.
Amplio rango térmico de uso, ideal para exteriores o entornos con cambios bruscos de temperatura.
Buen aislamiento térmico, especialmente en su versión alveolar.
Menor mantenimiento estructural gracias a su ductilidad.
Desventajas del policarbonato
Transparencia ligeramente inferior.
Necesidad de recubrimiento UV para mantener la claridad a largo plazo.
Coste superior en aplicaciones decorativas.
Menor calidad de acabado en bordes y superficies pulidas.
Aspectos clave para elegir correctamente
Define las condiciones ambientales reales Si el proyecto está en Madrid, por ejemplo, con alta radiación solar y temperaturas extremas en verano e invierno, el policarbonato con protección UV puede ofrecer un equilibrio excelente entre durabilidad y aislamiento.
Valora la exposición a impactos Para techos, marquesinas o cerramientos susceptibles a granizo o vandalismo, el policarbonato es insustituible. En cambio, si la prioridad es la claridad y el diseño, el metacrilato se impone.
Considera el mantenimiento y el envejecimiento El metacrilato conserva su aspecto brillante con el paso del tiempo; el policarbonato requiere un control más estricto de limpieza y exposición solar.
Ajusta el material al diseño estructural En estructuras curvas o modulares, el policarbonato permite montaje sin calor, lo que reduce costes de instalación y riesgos de fractura.
Evalúa la durabilidad total del sistema No se trata solo del material, sino del conjunto: perfiles, juntas, anclajes y sellados influyen directamente en la longevidad del cerramiento. Por eso conviene trabajar con especialistas que integren ambos materiales según la necesidad del proyecto.
Integración profesional en cerramientos y cubiertas
La selección del material no termina en la ficha técnica. Su rendimiento depende del diseño y de una instalación correcta que respete la dilatación térmica, el sellado y la evacuación de agua. Para ello, contar con profesionales cualificados es clave.
Si buscas asesoramiento experto en soluciones de alto rendimiento, la instalación de cerramientos en Madrid ofrece orientación técnica, estudio de materiales y ejecución con garantía, adaptada a las condiciones climáticas y normativas locales.



